Como todos los 24 de marzo, la CTA estuvo presente homenajeando a los 30 mil desaparecidos, reclamando juicio y castigo a los culpables de la dictadura y organizándose para construir una sociedad más justa, con trabajo, educación, salud y vivienda para todos. n el mediodía del sábado 24 de marzo, la CTA junto a otras organizaciones de Derechos Humanos, sociales y políticas se reunieron en el Obelisco para recordar a los 30 mil compañeros desaparecidos y reclamar que en la actualidad se acabe con el hambre, la desocupación y la falta de libertad sindical, en definitiva, luchar por construir una democracia plena y participativa.
“No se puede construir futuro sin memoria, por eso estamos aquí los 24 y todos los días sin abandonar la calle, para mantener vivo el sueño de los 30 mil compañeros y compañeras desaparecidos que quedó trunco y que los militantes tenemos la responsabilidad de llevar adelante, de cumplirlo y el 24 ayuda y tira en ese sentido”, dijo Pablo Micheli, secretario General de la CTA. “Creo que este 24 es particular, va creciendo la conciencia de que Nunca Más dictadura, nunca más prepotencia, nunca más falta de pluralidad. Acá se juntan muchas cosas hoy, no sólo el tema del repudio a los militares, también se pide que se juzgue a los grupos económicos y que hoy se respeten los derechos humanos: poder comer, tener un trabajo digno, tener una distribución justa de la riqueza, educación y salud para todos”, agregó Micheli.
Mientras las banderas se iban juntando bajo el cielo azul, el secretario General de la CTA repasó las deudas pendientes: “Queda una matriz regresiva en el tema distributivo, queda el poder de los grupos económicos en las 500 empresas concentradas multinacionales que siguen manejando el control de precios, las riquezas de nuestro país, la tenencia de la tierra y hay que seguir peleando para cambiarla. No hay posibilidad de democracia en serio si no hay distribución justa de la riqueza”.
Antes de que Elia Espen, Madre de Plaza de Mayo, tomara la palabra y mientras las banderas seguían llegando al Obelisco, Víctor de Gennaro, diputado nacional por el FAP y fundador de la Central de Trabajadores de la Argentina sumó su voz: “Hoy, por ejemplo, en el Parlamento homenajeamos a los jueces, 28 jueces que fueron capaces de condenar, pero condenaron al 10% de los procesados, de 1750, solamente está condenado el 10%, no hay una condena por genocidio, hay condenas por juicios penales: no están los grupos económicos, no están Kissinger ni los Blaquier”. De Gennaro reconoció que los que están siendo condenados, lo son gracias a los sobrevivientes: “Hay que valorarlos a ellos por dos razones: primero porque tuvieron que soportar que cuando se los llevaron la gente dijera ‘por algo será’ pero cuando sobrevivieron y salieron también tuvieron que soportar que muchos sectores dijeran ‘por algo será’. Gracias a esos juicios y esas agallas hoy están presos los que están, en los sobrevivientes hay que poner nuestro reconocimiento”.
Lo que falta
“La verdad es que yo vivo el 24, primero orgulloso de pertenecer a un pueblo que fue capaz de recuperarse del infierno de la dictadura, del genocidio, de la tortura y logró sentar en el banquillo de los acusados a los genocidas y lo hago además con el compromiso de sacarnos de encima todas aquellas cosas que nos demuestran que todavía la dictadura está presente: la Ley Antiterrorista, la decisión de pagar la deuda al Club de París tomada en la dictadura, la pauperización de nuestro pueblo, que 13 pibes menores de un año mueran todos los días por causas evitables, los más de 5 mil procesados que tenemos, en los 18 asesinados en el último año y medio”, hizo memoria pasada y presente el diputado nacional y economista Claudio Lozano.
“Yo creo que los argentinos necesitamos una democracia plena, lamentablemente en estos 28 años hemos tenido una democracia formal porque no se puede pensar que hay democracia plena cuando existen los niveles de hambre que tenemos hoy, de pobreza y cuando existen los niveles de dependencia que tenemos como Nación. Lo pongo en un ejemplo ilustrativo: ayer se hizo un acto en las puertas de Ford alentando el juzgamiento de los responsables de esa empresa como socios del genocidio, no solamente como beneficiarios sino como financistas y responsables directos del genocidio”, comenzó su explicación Hugo “Cachorro” Godoy, secretario adjunto de ATE Nacional.
“15 días antes de este hecho, los trabajadores autogestionados hicieron una movilización al Ministerio de Trabajo porque el Gobierno le quita los subsidios a los 19 mil trabajadores de empresas autogestionadas que lo perciben para llegar al salario mínimo vital y móvil de 600 pesos y les mantiene el subsidio a empresas como Ford a través del Repro. O sea que no les paga a los trabajadores de empresas autogestionadas, trabajadores que han podido mantener empresas cerradas por sus dueños y sí le paga subsidio a la Ford, una de las multinacionales más grandes del mundo. Ahí se ve cómo funciona el Gobierno y por qué entonces podemos decir con absoluta certeza que ésta es una democracia no solamente parcial sino que quienes la administran la utilizan en beneficio de las empresas multinacionales que fueron las que financiaron el golpe de Estado del ‘76”.
Godoy agregó que no alcanza con el juicio a los responsables directos del genocidio porque las estructuras que creó la dictadura no han sido removidas en estos casi 30 años de sistema constitucional: “para poder ser una Nación autónoma, para poder construir una sociedad verdaderamente democrática hay que remover esas instituciones y esos modos de dominación económica, social y cultural que generó la dictadura y que subsisten 28 años después de democracia. Por eso estamos acá, no solamente para homenajear a nuestros mártires, a los 30 mil desaparecidos, a los millones de despedidos y desocupados, a los exiliados, a los presos, a quienes padecieron de diversas maneras esta dictadura, sino también para juntar fuerzas con esta memoria para construir más unidad popular, más equidad como sociedad hacia una democracia más plena y esa patria latinoamericana que es la que nos va a permitir hacer que nuestras naciones sean plenamente soberanas”.
En ese sentido, Ricardo Peidro, secretario Adjunto de la Central, dijo que entre las deudas pendientes está la construcción de esa sociedad que reivindicamos, por la cual desaparecieron 30 mil compañeros: terminar con la desigualdad, con el hambre. “Hay deudas pendientes y otras que se agravaron como el avance de la frontera sojera sobre los pueblos originarios y la represión que hay sobre ellos, el tema de la megaminería también se profundizó y por supuesto la deuda pendiente con la clase trabajadora, porque a pesar de que ha aumentado el empleo si lo comparamos del 2001 a la fecha, continúa la precarización laboral: más del 50% de los compañeros están precarios. Solamente el 12% de los establecimientos en condiciones de elegir delegados, tienen delegados”, detalló con precisión Peidro y concluyó: “La tarea que tenemos nosotros es aglutinar los millones de compañeras y compañeros que no están representados en nuestro país y construir verdaderamente, a través de la iniciativa de la Constituyente Social, poder popular para poder realmente disputar la riqueza de este país”.
Carlos Chile, secretario General de la CTA Capital Federal enmarcó la razón del Golpe del ’76: “El Golpe de Estado, como todos los procesos del sistema capitalista, se dio cuando necesitaba evolucionar y el modelo que vino a instalar la dictadura en la Argentina está intacto y sigue matando: nosotros tenemos 18 muertos en los últimos 16 meses, tenemos el asesinato colectivo en Plaza Once como consecuencia del modelo económico, hace tres días murió un trabajador de subterráneo como consecuencia de las condiciones de trabajo y la flexibilización laboral. Hay que avanzar en la idea de que fue una dictadura cívico militar que tenía como principal objetivo instalar un modelo económico y que en la Argentina aún está entero porque los Ledesma, los Blaquier, Ford, Mercedes Benz siguen haciendo en el país lo que quieren”.
Chile agregó que tenemos el desafío de hace más de 500 años: “construir un país donde quepan todas las culturas, todos los colores, todos los sabores, todos los dioses, hay que pensar en una nueva institucionalidad que establezca en el centro la idea de la felicidad de nuestro pueblo. El sistema capitalista está incapacitado para garantizar eso, está en una crisis profunda que como la denomina Fidel es una crisis civilizatoria: de acá en más no puede ofrecer ni más salud, ni más educación, ni solución a la concentración de la tierra, ni preservación del medio ambiente. Por lo tanto, la pelea por la conservación del continente está entera, hay una cantidad de ensayos en curso y nosotros peleamos porque nuestro país se incorpore a esos ensayos”.
Antes de comenzar la histórica marcha, Elia Espen, integrante de la Mesa Nacional de la CTA y Madre de Plaza de Mayo reflexionó, ante la atención emocionada de todos los presentes: “Ahora nos han puesto una Ley Antiterrorista, ¿no alcanzó lo que pasó en este país? Nosotros somos seres humanos independientes y no nos pueden reprimir por eso. Voy a pedir a la señora Presidenta que piense que ya sufrimos bastante. Con el Proyecto X nos enjuiciaron, criminalizaron la protesta, no puede avalar eso un gobierno que se dice de los derechos humanos. No puede haber hambre, desocupación, ni jubilados en la pobreza. Por eso les pido: No se queden callados”.
Entre las organizaciones sociales y sindicales participantes estuvieron la CTA, el MOI-CTA, Ademys, Fisyp, el Compa y el MTL quienes luego del acto en el Obelisco marcharon a Plaza de Mayo convocados por el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia.
En todo el país, miles y miles de compañeros y compañeras se movilizaron para exigir castigo a los culpables, que se acabe con el hambre, por una sociedad con trabajo, educación, salud y vivienda para todos y todas.