Para profundizar la democracia sindical y potenciar su capacidad de pelea por un Estado democrático y popular, en 2022 ATE avanzó en reformas estructurales. Sin dudas, la más importante fue la reforma del Estatuto.

ESTATUTO

El hecho más relevante de 2022 para la Asociación Trabajadores del Estado fue la reforma de su Estatuto. Se trata del texto que reglamenta y organiza la vida del sindicato, y que a casi 100 años de su fundación necesitaba reformularse para abrazar los procesos de transformación, sociales, culturales y políticos que atravesaron a la sociedad. 

Se trata de un nuevo hito por la democratización de ATE, cuando también se cumplen 45 años de la fundación de la Agrupación ANUSATE, surgida en 1977 como alternativa a una dirigencia que colaboraba con la última dictadura militar, tal como explica en detalle Honoris en su tradicional sección, en esta misma edición de El Trabajador.

Recuperando esa tradición de abrir la participación y abrir cauces, incluso a quienes aún no conocemos, es que el nuevo Estatuto incorpora nuevas herramientas para promover el crecimiento territorial del sindicato y, de esta manera, potenciar las luchas por los derechos de lxs trabajadores del Estado y por un Estado al servicio de las mayorías populares.

Luego de un largo proceso de debate, que inició en 2016, que se replicó en cada seccional y Consejo Provincial, con un intervalo de dos años debido a la pandemia por Covid-19, en mayo de este año, en el 53° Congreso Extraordinario, se concretó la reforma con el voto de la mayoría de lxs congresales.

Con esa decisión, se avanzó en construir una ATE  que desde sus cimientos garantiza:

–La paridad de género, tanto en las direcciones de Seccionales, Consejos Directivos Provinciales, Consejo Directivo de la Ciudad de Buenos Aires y Consejo Directivo Nacional, y en los cargos deliberativos. Además, se establece la alternancia en las fórmulas para la Secretaría General y la Secretaría Adjunta, en todos los niveles de conducción.

–Mayor descentralización y territorialización, impulsando la creación de seccionales, destinando un presupuesto específico (el 20% de la participación del CDN en la cuota sindical a los CDP) para ese fin.

Como muestra de esa voluntad de crecimiento, solo en 2022 se logró concretar la apertura de 9 nuevas seccionales: Villa Ángela y Sudoeste en Chaco, San Justo en Córdoba, Bella Vista en Tucumán, y Villa La Angostura, San Martín de los Andes, Junín de los Andes, Plottier y Senillosa-Arroyito-Chocón en Neuquén.

–Más desarrollo federal y más democracia sindical, limitando la reelección de quien resulte electo para Secretaría General (en todos los niveles de conducción) a un solo período consecutivo. 

Además, se determinó que lxs jubiladxs y pensionadxs tengan representación, con voz y voto, en los órganos de conducción.

Otro cambio fundamental que trae el nuevo Estatuto es la jerarquización de áreas que ATE considera estratégicas para organizarse por sus reivindicaciones. Así, el Secretariado Nacional incorpora tres Secretarías: 

–Convenios Colectivos: Lxs trabajadores provinciales, en la mitad de los distritos, no tienen derecho a un Convenio Colectivo de Trabajo. Lo mismo ocurre en el 90% de las 2.200 municipalidades. Entre los nacionales también hay múltiples sectores que aún pelean por su Convenio marco. Para ATE, revertir esa situación y saldar esa deuda de la democracia con lxs trabajadores es un objetivo prioritario en esta nueva etapa.

–Derechos Humanos: La construcción de Memoria es parte de la identidad de ATE, y hacia los 100 años, y los 40 de la democracia, ATE sigue trabajando por fortalecerla. Este año, como parte de ese camino, el Departamento de Derechos de los Pueblos dio un paso clave: elaboró y presentó la nómina de estatales desaparecidxs en la última dictadura militar.

– Género y Diversidad: El movimiento de mujeres y LGBTIQ+ viene empujando transformaciones sociales y culturales imprescindibles. Desde los inicios, ATE fue protagonista de esas luchas y desde 2015 definió abrirse a la perspectiva de Género y luego de Diversidad, que ahora se jerarquiza.

-El nuevo estatuto, además, incorpora la responsabilidad del Consejo Directivo Nacional en la organización de los trabajadores y trabajadoras nacionales.

PROTOCOLO VIOLENCIAS

Hubo otras acciones clave llevadas adelante en 2022 de cara a los 100 del sindicato. En primer lugar, la aprobación del Protocolo Nacional para abordar situaciones de violencia por motivos de género y orientación sexual, que se presentó con un acto realizado en el Anfiteatro Eva Perón el 25 de noviembre, Día Internacional contra las Violencias de Género.

Clarisa Gambera, directora del Departamento de Género y Diversidad de ATE, lo definió allí como «una herramienta pedagógica, que nos tiene que servir para que podamos llevar con claridad a toda nuestra ATE cuáles son las conductas que ya no se toleran, teniendo en cuenta que en las organizaciones político-sindicales muchas de esas conductas son parte de lo que siempre sucedió y que nosotras ahora empezamos a visibilizar para transformarla”.

Una respuesta contundente

Otro hecho central de este 2022 fue la decisión de expulsar y desafiliar a Pedro Jofré, integrante del Consejo Provincial de Neuquén y autor de los disparos contra compañerxs de la seccional de ATE San Martín de los Andes, en el marco de un violento ataque en el que resultó herida la trabajadora Elena Cabezas, en agosto de este año.

Se trató de un proceso muy importante de discusión al interior del sindicato, que tuvo como hecho cúlmine el 54° Congreso Extraordinario en el que se concretó la expulsión con el voto unánime de lxs 140 congresales, poniendo así un límite a la violencia y dejando en claro que en ATE no se toleran esas prácticas.

El Congreso también exigió que se esclarezca la responsabilidad política e intelectual de otrxs dirigentes del CDP Neuquén, como Carlos Quintriqueo, y llamó a continuar debatiendo en cada rincón de ATE cómo desarmar y erradicar las violencias.