El 6 de noviembre de 1984 se vivió una de las fechas más importantes para la Asociación Trabajadores del Estado: luego de atravesar una de las épocas más oscuras de la historia, donde una conducción nacional se subordinaba a los intereses y necesidades de la Dictadura Cívico Militar, y una vez recuperada la democracia, miles de estatales de todo el país ponían su voto en la Lista Verde ANUSATE (Agrupación Nacional Unidad y Solidaridad de ATE) para dar inicio a una nueva época para el sindicato. 

40 años después, ATE realizó un significativo encuentro con dirigentes históricos para seguir una de las consignas de esta Conducción del Centenario: Impulsarnos en nuestra Historia. 

El emotivo evento se realizó en la Iglesia de la Santa Cruz, lugar donde en 1977 se realizaba uno de los operativos más atroces y violentos de la dictadura que significó la desaparición y muerte de tres Madres de Plaza de Mayo, incluyendo a la fundadora del grupo, Azucena Villaflor de Devincenti, dos monjas francesas, y familiares que las acompañaban. En ese contexto y en ese mismo lugar con reuniones clandestinas, comenzaba a gestarse la recuperación de ATE. 

CARLOS CUSTER “Y acá también fue donde nació ANUSATE“

Al respecto, el histórico dirigente del sindicato e integrante de aquella agrupación naciente, Carlos Custer, señaló: “Conmemorar el 40 aniversario de la recuperación del sindicato en esta casa nos trae muchísimos recuerdos. Está muy ligada a la lucha contra la Dictadura y a la lucha por los derechos humanos. El salón principal tiene un mural pintado por Adolfo Pérez Esquivel, a quien le realizamos un acto de reconocimiento en 1980 por el Premio Nobel de la Paz obtenido ese año. Acá también fue donde se llevaron a un grupo de monjas y de Madres de Plaza de Mayo, entre ellas a Azucena Villaflor. Y acá también fue donde nació ANUSATE, nuestra agrupación de solidaridad. Nacimos como reivindicación del sindicato y de los trabajadores estatales, pero también como integrantes en la lucha por recuperar la democracia. Estoy orgulloso de la conducción actual de ATE y su lucha para defender los derechos de los trabajadores estatales. Más que una conmemoración nostálgica esto es un canto de esperanza para afrontar los desafíos que se nos presentan”.

En esta línea, el Secretario General de ATE Nacional, Rodolfo Aguiar, indicó: “Cuando asumíamos la conducción, lo hacíamos con el compromiso de impulsarnos en nuestra historia, y esta jornada nos tiene que permitir fortalecer ese mandato que nos impusimos. Cuentan que cuando Víctor de Gennaro y Germán Abdala tomaron la decisión de lanzar la agrupación en el Teatro Margarita Xirgu, la cantidad de compañeras y compañeros que eran alcanzaba sólo para cubrir la listas de 9 de las 54 seccionales que iban a competir en las elecciones de ese año, enseñándonos que muchas veces nuestro poder no está en lo que somos sino en la potencialidad de lo que podemos ser. Hoy sueño con que podamos ser mayoría en el Estado Nacional para poder cambiar la correlación de fuerzas y no sufrir más las entregas que estamos sufriendo”. 

Otro de los históricos integrantes de aquella tarea de volver a darle el sindicato a sus trabajadores fue Oscar “Cacho” Mengarelli, quien participó el debate y apuntó: “Es una emoción. Este era nuestro lugar de encuentro cuando construimos ANUSATE entre 7 seccionales con compañeros que hoy ya no están, pero que siguen estando en permanentemente en la memoria. En ese tiempo, Héctor Quagliaro dijo que estábamos abriendo un cauce, y ese cauce definitivamente se abrió e ingresaron un montón de compañeros más. Nosotros vinimos acá en aquella época porque no nos bancábamos más que la Dictadura nos quite derechos, y hoy volvimos acá porque no nos bancamos que nos sigan quitando derechos. Será el encuentro del pueblo lo que determine si perdemos el país o lo recuperamos. Ellos van por un país para pocos y nosotros por un país para muchos”. 

Por su parte, la Secretaria Adjunta de ATE, Mercedes Cabezas, indicó: “Cuando una empieza a ver que de la mano del Gobierno que tenemos hoy empiezan a aparecer síntomas de violencia, de desprecio al Estado y fundamentalmente a la clase trabajadores, es donde empieza a aferrarse también cada vez con más fuerza a esa unidad y solidaridad que es nuestro faro, que nos guía todos los días, y también a ese amor y ternura como herramienta que necesitamos para poder seguir construyendo la soberanía de nuestro pueblo”.