La conducción electa el año anterior de la Central de Trabajadores de la Argentina expresó su rechazo a lo decidido en el Consejo del Salario, y sobre la alegría de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, por la votación unánime del cuerpo, señaló que “demuestra que teníamos razón cuando decíamos que la CTA estaba intervenida por Hugo Yasky gracias al Ministro Tomada, a disposición del gobierno y a espaldas del voto de miles y miles de trabajadores y trabajadoras”. De Isasi: “Raro sería que nos dejen entrar”
A través de un comunicado, firmado por Pablo Micheli, José Rigane y Ricardo Peidró, la Central asegura:
“Este tipo de conductas no es más que la devolución de gentilezas por favores recibidos en las elecciones de la CTA. La falta de convocatoria a las autoridades elegidas por lo trabajadores y el aval de la primer mandataria a la intervención de la CTA convalida un acto de injusticia.
El fallo de la Cámara Nacional de Apelaciones que declaró la nulidad de las elecciones complementarias del 9 de diciembre no se encuentra firme. Y aun cuando fuese así, las autoridades provisorias. hasta efectuar las elecciones complementarias, son las que obtuvieron mayor cantidad de votos. O sea, la lista 1 conducida por Pablo Micheli. Así es como lo reconocen los organismos de control de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El desconocimiento de estas resoluciones es un verdadero acto antidemocrático que será denunciado como injerencia en la vida interna de la CTA ante el Comité de Libertad Sindical de la OIT.
La suma de 2.300 pesos fijada como salario mínimo no es para nada Vital. Para ser vital debería ser suficiente para cubrir las necesidades básicas de un trabajador.
La inexistencia de compromiso alguno a calcular la canasta básica, que es función del Consejo, demuestra que el gobierno planea continuar con la misma política de ingresos.
Política que deja fuera de la formalidad a ocho millones de trabajadores y trabajadoras para los cuales este monto no significa absolutamente nada. Política que demuestra a las claras lo que venimos afirmando en todos nuestros documentos: que la exclusión y la precarización salarial forman parte de la política oficial.
La CTA que ganó en la urnas no fue invitada porque sabían que no levantarían la mano para justificar estas políticas”.
De Isasi: “Raro sería que nos dejen entrar”
Por su parte, el secretario general electo de ATE provincia de Buenos Aires, Oscar de Isasi, consideró sobre lo ocurrido que “no es raro que haya pasado esto, raro sería que nos dejen entrar”.
En ese sentido destacó que “el gobierno es coherente con su accionar”, agregando que “no nos dejaron ingresar porque no quiere negociar con los trabajadores”.
De Isasi explicó que la conducción de la CTA que los representa a ellos -la de Micheli- reclama un piso de 2700 pesos que “es el 60 por ciento del mínimo del convenio, que a la vez ese mínimo es el 80 por ciento de la canasta familiar básica”.
Ante la imposibilidad de presentar su propuesta en el Consejo, el electo secretario general de ATE aseguró que “el gobierno no quiere una Central de Trabajadores, quiere una Central del Gobierno, por eso no quieren negociar con nosotros”.