Un día como hoy, pero del año 2007, docentes neuquinos en huelga por aumento salarial votaron en asamblea realizar un corte sobre la Ruta 22 a la altura de la localidad de Arroyito a 40 kilómetros de la ciudad de Neuquén.
Carlos Fuentealba, de 40 años, profesor de química en una barriada popular al oeste de la capital, delegado sindical, elegido en 2006 mejor profesor por sus alumnos, fue a la concentración aquel 4 de abril, pero no volvió.
Como el resto de sus compañeros, Fuentealba se retiraba voluntariamente, viajando en el asiento trasero de un Fiat 147 camino a la ciudad de Senillosa, cuando fue alcanzado por una granada de gas lacrimógeno disparada a dos metros de distancia. Fue intervenido en el hospital provincial, pero falleció para desgracia de todos.
Fuentealba no cayó en medio de un enfrentamiento: cuando la policía intimó el desalojo, los trabajadores se retiraron voluntariamente. La persecución entonces fue innecesaria, la saña brutal, el disparo por la espalda y la responsabilidad política indelegable. Funcionarios del gobierno direccionaban el operativo desde Arroyito.