“La inflación desatada durante el 2010 ha actuado como una espada de Damocles sobre el bolsillo de los trabajadores. Los acuerdos paritarios producidos durante el primer trimestre del año han quedado pulverizados por la suba de precios en la canasta familiar. Frente a una inflación real cercana al 35% los salarios quebraron la paridad de compra mantenida hasta ahora”, indica un comunicado gremial firmado por Pablo Micheli, Ricardo Peidro y José Rigane, secretarios general y adjuntos de la CTA, respectivamente.
“Ante esta grave situación se hace imprescindible que el Gobierno disponga de un aumento salarial de emergencia para todo el conjunto de los trabajadores ocupados, desocupados y para nuestros jubilados. En base a nuestros estudios, y por los valores de la pérdida del poder adquisitivo de la suba de la canasta básica, el aumento de emergencia no podría ser inferior a los $1.000. Se llega a este proceso luego de profundizar políticas en contra de una real y equitativa distribución de la riqueza. A esto se le suma que se siguen manipulando los índices del INDEC, y peor aún, se llama al FMI para intervenir el funcionamiento del órgano de estadísticas públicas. Más allá del aumento de emergencia de $1000, urge también el llamado a la reapertura del Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil, para poder encarar el año 2011 con una discusión salarial abierta en paritarias libre y sin techo”, finaliza la declaración de la Central de Trabajadores de la Argentina difundida esta tarde. “Si hablamos de distribuir la riqueza esta es una oportunidad para que el Gobierno reparta algo de lo mucho acumulado con el crecimiento de la economía. El hambre es un crimen y es una obligación del Gobierno controlarlo, este paliativo ayudaría a las familias de los trabajadores de la Argentina a pasar una Navidad más feliz” expresó Pablo Micheli, Secretario General de la CTA.